miércoles, 30 de enero de 2008

Sin mirar atrás




Llevaba meses de terribles dudas: Uno era todo asiento, modales exquisitos, serenidad, paz y la seguridad de los años. Junto a él, ella sentía que el mundo era pequeño, muy pequeño. El otro era todo pasión, sueños, fantasía, lujuria y una tarde gris podía convertirse en una tarde de fiesta en cualquier momento. Lo que le daba uno no se lo daba el otro, y a la inversa. Toda su vida había estado esperando el amor, y la vida se lo había puesto por delante por partida doble. Ahora había decidido salir corriendo en busca de uno de ellos, para comprometerse con él. ¿Con cuál crees que se encontrará al final de la carretera?

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