martes, 3 de mayo de 2011

¿No presionar?

Bárbara llevaba casi un año sin pareja. Se había acostumbrado a esta situación, incluso la vivía de forma agradable. Pero hace un mes conoció a Tony. Han salido juntos, lo han pasado bien y ahora ella siente que le empiezan a nacer ilusiones. Esta tarde han quedado para ir al cine. Tony acaba de llamar al portero automático para recogerla. Justo en ese momento, Bárbara tenía el dedo sobre el botón de "abrir compuertas". La duda recorría cada centímetro de su mano: ¿presionaba el botón y dejaba salir todas esas ilusiones para que volasen libremente o retiraba el dedo y continuaba viviendo en su cómoda y tranquila soledad?... Tony vuelve a llamar al timbre del portero... ¿Apretaba Bárbara el botón y abría las "compuertas" (con todo lo que ello supone) o no corría riesgos y salvaguardaba su actual situación?... Tony insistió por tercera vez en la llamada... ¿Qué crees que hizo ella al final?... ¿Qué habrías hecho tú en su lugar?...

martes, 15 de febrero de 2011

La última botella

Llevaba años sin aparecer por su pueblo. Durante ese tiempo había vivido casi todos los estímulos que le podía ofrecer la gran ciudad. Cuando regresó -sólo para una semana, en agosto- sentía que cualquier amorío posible se había quedado, para siempre, dormido en el pasado. Las muchachas a las que amó paseaban ahora con sus maridos e hijos por las mismas calles donde él caminaba esa noche, para cenar con un amigo de la infancia, con el que hablaría sobre estas disquisiciones sentimentales. La comida acabó antes de acabar el vino. La conversación se entreveraba con el alcohol, hasta que sólo quedaba la última botella del mismo buen caldo de la cena. Justo en el momento de la deliberación ("la abrimos o no"). Apareció ella, junto a otras personas. Se conocían levemente, "de vista". Entonces la conversación tomó otros derroteros: los de su sonrisa, su figura, su mirada... El resto de voces quedó para él sin sonido, y se olvidó de la botella... Después de aquella noche no hubo más contacto entre ambos... Ahora, siete meses después, él ha vuelto al pueblo. Y no hay otra cosa que desee más que descorchar esa botella con esa mujer. Esa botella o cualquier otra. Pero no sabe cómo decírselo. Quizá la gran ciudad, y todo lo vivido en ella, le ha restado algo de la ingenuidad con la que amó a aquellas muchachas en las calles de su pueblo... ¿Qué harías tú en su lugar?

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Para siempre

"Ningún amor es para siempre. Eso sólo son palabras". Tal cosa le soltó ella, hacía diez minutos, en los postres, a él. Un hilillo de chocolate se mezcló en su barba con la única lágrima que derramó, mientras ella desaparecía -quizá para siempre- del restaurante. Ahora, conduciendo de vuelta casa, él recordaba cuántas promesas se hicieron, cuántas ilusiones pusieron en común… "¡Cuántas y cuántas cosas!", pensó ya aparcando. Aquella noche él apenas durmió. Las mil vueltas en la cama se alternaron con otros tantos pensamientos: "la quiero", "¡No hay derecho a esto!", "la amo!, "¿Por qué?"… Por la mañana -a pesar de la mala noche o quizá producto de ella- él lo vio claro: "El movimiento se demuestra andando. Sólo es cuestión de demostrar que no son sólo palabras"…


¿Qué piensas tú? ¿Crees que él está en lo cierto? ¿O tiene ella razón?

¿Cómo se puede demostrar hoy que mañana seguirás ahí?

miércoles, 8 de septiembre de 2010

El productor


El lujoso Omega Speedmaster Apollo XI Edición 40 Aniversario, encasquetado en la muñeca de Pablo Méndez, marcaba el preciso caminar de los segundos: uno, dos, tres… Pablo Méndez, el famoso productor de cine, tenía ante sí a una chica menuda y sudorosa. La chica es Beatriz, una guionista que había logrado pasar todos los filtros de la productora hasta llegar al gran jefe. Y ahora estaba frente a él, en el magnífico despacho de la Castellana madrileña. Pablo le había dado dos minutos -ni uno más ni uno menos- para que defendiera el guión que presentaba (y que yacía sobre la mesa de caoba). La chica lo hizo lo mejor que pudo. Cuando el segundero del Omega dio dos vueltas a la esfera, Pablo Méndez se limitó a decir: "muchas gracias, pero no nos interesa". El productor avisó a su secretaria para que acompañara a la chica a la salida.


Poco rato después, Pablo Méndez bajó al garaje del edificio. Cuando la puerta del ascensor se abrió, no tuvo tiempo de ver a la persona que se le echó encima. Sintiíó un golpe seco y todo se "fundió a negro"…


24 horas más tarde, el famoso productor abría los ojos en una lúgubre habitación de hotel barato. Estaba completamente aturdido, mareado y con náuseas, como si despertase de una anestesia. Vislumbró su ropa en una silla. La única prenda que llevaba puesta era el Omega. Era pronto para eso, pero más tarde recordaría que así empezaba el guión que rechazó a esa chica el día anterior…


… Y aún le quedaba una nueva, y horrible, sorpresa cuando se dio la vuelta en la cama.


¿Qué le está pasando a Pablo Méndez y por qué? ¿Qué ha ocurrido en esas 24 horas? ¿Qué cosa tan horrible había al otro lado de la cama? ¿Qué pasa a continuación?…


martes, 3 de agosto de 2010

El mundo es de los chulos

El mundo es de los chulos. Juan lo fue durante algún tiempo. Le iba bien. Las chicas no dejaban de llamarle por más que les chuleaba. Al contrario: cuanto más les chuleaba, más le llamaban. Para muchas personas, supongo, no estaré contando ninguna novedad. Pero han de saber que un día Juan decidió dejar de ser un chulo. Dejó de citarse con ésta y la otra, la que tenía novio o la que tenía sólo chulos (que, a lo mejor y a su vez, tenían también o no pareja). El motivo: conoció a una mujer que –por aquel entonces- reunía todos los requisitos para retirarle de chulo. Era virtuosa, fiel, constante, inteligente y –creanme- muy guapa. Lo tenía todo para que Juan ya no desease un revolcón en la cama con ninguna otra mujer. Hasta se hizo ilusiones de formar un hogar y demás. Vivió eso que se conoce por “amor”. Pero hete aquí que un día, tras un enfado, esa mujer conoció a un chulo. Y ahí se derrumbó todo. Por más que hubieran vivido una historia preciosa, por más que había intención de reconciliarse... Ella ya sólo pensaba en su chulo (casado y con hijos, por cierto) y eso se notaba...

¿Cuánto de verdad y cuánto de ficción crees que hay en todo esto? ¿Existen personas fuera del alcance de los chulos que se centren sólo en su pareja? ¿Te ha ocurrido alguna vez? ¿Cómo reaccionaste?...

miércoles, 27 de enero de 2010

La periodista


Acababa de guardar su cámara de fotos en la bolsa. Tras una mañana entera de trabajo (un anodino reportaje sobre turismo rural), la periodista se despidió del encargado del cortijo y se encaminaba -ya sola- al coche. Pero, al pasar junto a una vieja puerta de madera, algo llamó su atención. Un extraño sonido provenía del interior. Una rendija en la puerta dejaba entrever algo asombroso y espeluznante a la vez. La periodista dudó un segundo: "me largo inmediatamente de aquí o me quedo, con cualquier excusa, e investigo qué demonios significa eso de ahí dentro"... Si hacía lo primero se evitaba posibles problemas, aunque perdería para siempre un reportaje extraordinario. Si optaba por lo segundo tendría ese reportaje, pero también podría no salir nunca viva de allí para contarlo...
¿Qué crees que hizo? ¿Qué había tras la puerta?...

viernes, 3 de julio de 2009

Pepita Riera

Él pasaba el día en la playa. Tras el almuerzo, el postre. Sacó una cajita de la nevera: "Fresas Pepita Riera. Moguer (Huelva)". Eligió la que consideró más jugosa para empezar. Justo antes de poder morderla, los ojos se le salieron de su sitio y una punzada le recorrió los bordes del corazón... Dos sombrillas más allá, tumbada en una hamaca, se tostaba al sol la mismísima Pepita Riera... 
¿Por qué él tuvo esta reacción?... Si crees saberlo ¿Qué pasó después, aquel mediodía en la playa?...