martes, 3 de mayo de 2011

¿No presionar?

Bárbara llevaba casi un año sin pareja. Se había acostumbrado a esta situación, incluso la vivía de forma agradable. Pero hace un mes conoció a Tony. Han salido juntos, lo han pasado bien y ahora ella siente que le empiezan a nacer ilusiones. Esta tarde han quedado para ir al cine. Tony acaba de llamar al portero automático para recogerla. Justo en ese momento, Bárbara tenía el dedo sobre el botón de "abrir compuertas". La duda recorría cada centímetro de su mano: ¿presionaba el botón y dejaba salir todas esas ilusiones para que volasen libremente o retiraba el dedo y continuaba viviendo en su cómoda y tranquila soledad?... Tony vuelve a llamar al timbre del portero... ¿Apretaba Bárbara el botón y abría las "compuertas" (con todo lo que ello supone) o no corría riesgos y salvaguardaba su actual situación?... Tony insistió por tercera vez en la llamada... ¿Qué crees que hizo ella al final?... ¿Qué habrías hecho tú en su lugar?...

12 comentarios:

monica dijo...

Qué clase de riesgo corre Bárbara si está haciendo lo que hace ilusión...? (al menos, por el momento...) En todo caso, parece un riesgo que todavía no se ha materializado, que no es real.
Y si, tal vez, esté adelantando acontecimientos que sólo tienen lugar en su mente?
Quizá se esté deteniendo demasiado pronto, ante ese ascensor. Inevitable para ella hacerse esa pregunta justo ahora, aunque, hasta qué punto se trata de una duda demasiado temprana...?
De todos modos, la tiene. Así que me pregunto si el devenir de los acontecimientos se verá ahora afectado por esa parada ante las compuertas, y si haga lo que haga ahora, estará ya “empañando” la realidad con su duda.
Si decide acudir junto a Toni lo hará de manera un tanto eufórica, sin tocar con los pies en el suelo, sin hacer caso a las señales, a las miradas de Toni, a su manera de ser... Y si no lo hace, se va a quedar con su comodidad, sí. Pero quizá también con un enigma sin resolver, con una pregunta sin respuesta, con un camino que se quedó sin recorrido.

http://www.youtube.com/watch?v=9oNou_XPEyE

Manuel Correa dijo...

Estimada Mónica (hola de nuevo): Bárabara corre el riesgo de sentirse más "vulnerable" (en contraste con su actual estado) si abre las compuertas y se enamora... El riesgo de echar a andar sus ilusiones por caminos (los de Tony) que aún desconoce... Se puede estar de acuerdo o no con esta actitud (o forma de afrontar los hechos), pero es la de nuestra protagonista. Los fracasos pretéritos pesan en ella, el trecho que va de "tirarse a la piscina" (presionar el botón) hasta comporobar si es correspondida es incierto (en forma y medida)... Por supuesto que estas dudas de Bárbara influyen en el devenir de los acontecimientos, condicionándolos (como dices) quizá prematuramente, pero -insisto- es el proceder de Bárabara... Ahora bien: aunque ella considere razonables sus dudas, aunque su actitud se ajuste a una cierta lógica interna del personaje... ¿Hasta qué punto puede controlar un@ eso de enamorarse?...

monica dijo...

Si tuviera a Bárbara ahora mismo enfrente mío, lo que le diría, seguramente, estaría influido por la primavera o por el calorcito... Le diría que se deje llevar, que no sea tan precavida. Que ya es mayor. Que ya sabrá qué hacer si las cosas se tuercen. Que puede que sí, que se tuerzan. Pero que el hoy, el ahora mismo, es lo que cuenta, incluso para la posteridad. Que el amor, el enamorarse -llámalo también "autoengaño"- sucede de vez en cuando y de esa manera. Que si no le corresponden como a ella le gustaría... eso no lo va a saber hasta que no se lance, a corazón abierto, a la piscina.

Ay... que bonito día para pasear...

Manuel Correa dijo...

Estimada Mónica: discrepo contigo en una cosa y estoy de acuerdo en otra. Difiero de tu concepto de "autoengaño" cuando hablas del enamoramiento. Y coincido en que si Bárbara no compra el cupón nunca le tocará el premio. Y eso me lleva a percibir cierta contradicción: ¿se engaña un@ mism@ cuando se enamora? ¿Se autoengaña quien se arriesga?... ¡Espero ilustres tus comentarios tras un placentero paseo primaveral!

monica dijo...

je, je.... Ya de vuelta de mi paseo, te cuento. Aunque espero que no te arrepientas de haber preguntado...!

Vendría a ser algo así como que en el hecho de enamorarse creo ver dos tipos de acciones: una consciente y meditada, que sería la del razonamiento, íntimo y previo al "me lanzo", y otra, más emotiva, por tanto también más aleatoria y sorprendente, y diferente en cada uno. Esa otra acción, que yo creo que es el puro enamoramiento, sería también la manera en como cada uno proyecta ilusiones y deseos. Y ahí creo que puede anidar un pequeño autoengaño... Porque se dan cita los aprendizajes inconscientes acerca del amor y las relaciones, y hasta las películas -también las del cine o las que vivimos personalmente- que nos marcaron, con sus personajes y sus desenlaces.

N'est-ce pas...?

Manuel Correa dijo...

Pensemos en nuestro personaje. Su duda a la hora de "abrir las compuertas" es comprensible, pero... ¿Cómo gestiona todo eso que dice -con tino, creo- Mónica? ¿Es Bárbara más de Buñuel o de comedias románticas de Hollywood? ¿Cómo le afectan, concretamente a ella, estas tribulaciones amorosas "de primera hora"?… ¿Y su pasado?… Y después fijémonos en él, que aún espera al otro lado del portero automático… ¿Cuáles son sus intenciones? ¿Y cuáles sus ilusiones?…

monica dijo...

A Bárbara le recorre un escalofrío antes de alcanzar con el dedo el botón del ascensor. Un flash en el pensamiento que intenta en vano no visualizar, le obliga relacionar el rosa empolvado de su blusa con el vestido de Kim Novak frente a William Holden, en Picnic, y sin poderlo evitar se imagina a sí misma bajando las escaleras del portal de su casa frente a Toni, moviendo las caderas con la misma cadencia hipnótica.

“Es sólo un espejismo”, se decía a sí misma. “Esto es la realidad, y él es Tony, una persona real”. Por una vez, quería ser capaz de ajustarse a los hechos, sin compararlos con ninguna ficción que partiera de su soñadora imaginación... “Pero esta historia está siendo tan deliciosa casi desde el primer momento... que resulta imposible no fantasear con todo lo que está ocurriendo...”

Manuel Correa dijo...

Quizá Mónica, con su estupendo paralelismo cinematográfico, quiere decir "sí, Bárbara se va a dejar llevar y va a presionar el botón"... Pero... Entonces quedará expuesta, como una niña sin defensa, a los "azares del amor" (léase: tras quitarse la coraza, será sumamente vulnerable)... Porque... ¿Ocurre normalmente eso o, por el contrario, un@ se siente con más poder, capaz de -casi- todo cuando se enamora?... ¿Y si la coraza es real (funciona) y esa sensación de "poder" del enamoriento no es más que, justamente, una sensación, algo que sólo ocurre en la cabecita -y en el corazón, dicen- de un@?... ¿Tú que piensas al respecto?...

monica dijo...

Hola Manuel,

Se me ocurre decirte ahora que cuando ocurre eso de enamorarse el torrente de sensaciones que sobrevienen son de las dos clases: de vulnerabilidad y de poder. Y se dan al mismo tiempo. Y creo que eso sucede porque mezclamos la mente con el corazón… y nos hacemos un lío monumental. Bárbara queda expuesta al acudir a la llamada de Tony, pero en realidad es su corazón el que se desvela. Si no lo hiciera, sería su mente la que gobernara la situación.

Y en realidad, se me ocurre todo esto sólo como una excusa para llamar a la puerta de tu blog… toc, toc… sé que es poco elegante confesar ahora mis auténticos motivos… así que ahora soy Tony, pulsando el timbre de llamada de Bárbara…? Bajarás o no la escalera…?

Manuel Correa dijo...

Estimada Mónica... ¡Cuánto tiempo!... Gracias por acordarte de este humilde blog, del que estoy apartado (muy apartado) porque otros asuntos ocupan mi tiempo. Ello significa que, al menos por el momento, no puedo bajar las escaleras. Mis disculpas, si proceden....

Anónimo dijo...

Manuel,

Para cuando más actualizaciones en el blog...?

besos

Manuel Correa dijo...

Estimad@ anónim@: de momento, tal y como le comenté -no hace mucho- a Mónica, me es imposible dedicar al blog la atención necesaria. Estoy en pleno rodaje de un nuevo cortometraje para cine, y eso reclama el cien por cien de mi tiempo. Espero sepas entenderlo y agradezco muchísimo tu interés. En cuanto quede más libre pondré nuevas historias. ¡ Lo prometo!